DE LA HISTORIA DEL HIMNO
El texto
de la Canción
de las Legiones Polacas en Italia, que luego llegó a ser conocida bajo el
título del „Mazurca de Dąbrowski”, o „Polonia no ha caído”, fue creada entre 16
y 19 de julio de 1797 en la localidad de Reggio nell'Emilia (cerca de Bolonia),
en la entonces República de Lombardía (Italia). Su autor fue Józef Rufin
Wybicki, el noble con escudo de armas Rogala, descendiente de la familia radicada
desde el siglo XVI en la región de Pomerania (el mismo era natural de Będomin).
Un poeta, dramaturgo, compositor, jurista, diplomático y político, participante
de la famosa confederación de Bar y de la Insurrección de
Kościuszko. En el julio de 1797 llegó a Lombardía como uno de los organizadores
de las Legiones Polacas bajo el mando del General Jan Henryk Dąbrowski (un
ejército formado como parte de las tropas francesas de Napoleón Bonaparte).
Escribió la Canción
de las Legiones Polacas en Italia para honrar la ceremonia de la partida de los
legionarios de Reggio y fue en aquella localidad donde la obra fue cantada por
primera vez.
Apenas
algunas semanas después, cuando Wybicki ya estaba en Milán, y Dąbrowski con sus
legionarios en Bolonia, el General escribió a su amigo: „A los soldados cada
vez les gusta más tu canción, y nosotros también a menudo la canturreamos, con
todo el respeto debido al autor.” Ese mismo año (1797), los destacamentos
militares polacos esparcidos por todo el norte de Italia llegaron a conocer la Canción de las Legiones,
que no sólo ganaba cada vez más popularidad, sino que llegó a convertirse en
una nueva fuerza motivadora. No sólo para las tropas... Por medio de emisarios,
cruzando las fronteras de las tres potencias que dividieron Polonia entre sí,
la canción llegó a Varsovia, Cracovia, Poznań y otras ciudades polacas y a
pocos meses de su nacimiento empezó a sembrar nueva fe en la independencia.
Llegaron
los tiempos del Gran Ducado de Varsovia, y en aquel entonces la Canción de las Legiones
Polacas en Italia se convirtió en himno (aunque no oficial), por su gran
popularidad y leyenda relacionada con ella.
Tras la
caída de Napoleón, en el nuevamente creado Zarato de Polonia (o el Reino de
Congreso), bajo la autoridad del Gran Duque Constantino, el hermano del zar
ruso, se hicieron esfuerzos para eliminar la canción de la memoria popular.
Pero ya desde la
Insurrección de Noviembre organizada en el año 1831 la
cantaba todo el mundo, como la más popular canción patriótica.
A
mediados del siglo XIX la
Mazurca de Dąbrowski entró un nuevo etapa de su historia,
llegando a ser una da las canciones más importantes de los pueblos eslavos. En
rigor, sirvió como prototipo de muchos otros himnos nacionales. El famoso lema
de Józef Wybicki: „Polonia no ha muerto mientras nosotros vivamos” fue
utilizado por autores de canciones similares cuyo objetivo era restaurar la fe
en la independencia de los pueblos esclavizados, tales como serbios, checos,
sorbios o ucranianos. (...)
Desde
hace dos siglos no se ha podido acertar un enigma histórico importante para
todo los polacos: ¿de dónde proviene la música que toda la nación considera su
símbolo?
Al
principio era una creencia generalizada, que la melodía fue compuesta por el
príncipe Michał Kleofas Ogiński (el autor de la famosa polonesa „Despedida a la Patria ”), pero luego los
materiales encontrados en los archivos contradijeron tal origen, y por lo tanto
hasta la fecha los compiladores de cancioneros y obras científicas la describen
como „melodía popular” (algunos con el signo de interrogación para resaltar las
dudas existentes). Sin embargo, hay que recordar, que en el siglo XVIII mazurca
fue en Polonia una danza de la nobleza y no del pueblo. Y en su aspecto musical
pertenecía – como lo diríamos ahora – al ámbito de artes aplicadas, siendo muy
en boga entre los nobles y burgueses ricos. (El nombre „mazurka” apareció por
primera vez a mediados del mismo siglo XVIII). Nuevas figuras de mazurca fueron
influenciadas por las obras de teatro (Józef Wybicki colaboró por algún tiempo
con teatros, como autor de obras y compositor), y aquellas figuras se copiaron
así en los palacios y mansiones de la nobleza como en los salones de burguesía.
Pienso que se estará más cerca de la verdad si se asume que el mismo Józef
Wybicki utilizó varios hilos musicales que conocía para las necesidades de su
propio texto, juntándolos en un todo. (...)
Durante
uno de los cursos de literatura eslava en París, el 26 de abril de 1842, Adam
Mickiewicz, el gran poeta polaco de la época de romanticismo, dijo: „La famosa
Canción de las Legiones Polacas empieza con los versos que reflejan un emblema
de nuestra nueva historia : „Polonia no ha caído, mientras nosotros vivamos”.
Esas palabras quieren decir, que la gente que lleva dentro lo que
verdaderamente constituye la nación, es capaz de prolongar la vida de su
patria, independientemente de las condiciones políticas que determinen su
existencia y podrá inclusive aspirar a restablecerla de nuevo...”
En el año
1978 en Będomin, localidad situada en la región de Casubia, en la casa dónde
nació Józef Wybicki fue creado el Museo de Himno Nacional (como departamento de
Museo Nacional en Gdańsk)
ALGUNAS
NOTAS RELATIVAS A LA
EJECUCIÓN DEL HIMNO
Todas las
notaciones y elaboraciones musicales del himno nacional polaco, tanto vocales
como instrumentales, presentadas abajo, son conformes con la versión melódica
legal y su armonización realizada por el profesor Kazimierz Sikorski. Por lo
tanto cada versión vocal (por ejemplo para 2 voces iguales, 3 voces iguales,
coro mixto, etc.) puede ser ejecutada a capella o acompañada por una versión
instrumental (piano de cola, pequeño conjunto instrumental, orquesta de
vientos, etc.). En cambio, cada versión instrumental podrá ser ejecutada
individualmente o en conjunto con alguna elaboración vocal presentada abajo.
La
versión del himno para un pequeño conjunto instrumental permite el reparto
incompleto de la partitura (instrumentos ad libitum). Se puede también, en
casos extremos de ausencia de algunos instrumentos indicados en la partitura,
sustituirlos con otros instrumentos, cuya tonalidad y escala son semejantes a
las originales. Se permite desde luego la sustitución del piano con un
instrumento electrónico de teclas, cuyas disposiciones sonoras serán próximas a
las del piano de cola. Algunos instrumentos de viento que faltan, incluyendo
los de metal, pueden ser sustituidos con otros, de la escala y tonalidad
semejantes (por ejemplo acordeón, guitarra clásica o eléctrica, o incluso con
un instrumento de teclas). Sin embargo, hay que cuidar particularmente por el
sonido armonioso de todo el conjunto, para que sea más próximo al conjunto
original.
En
conformidad con lo dispuesto en la ley, otras versiones melódicas, armónicas o
instrumentales que las presentadas abajo no sólo son incorrectas pero también
censurables y no deben tener lugar. El cuidado por la ejecución correcta de
nuestro himno nacional debe ser común para todos polacos y una fuente de
orgullo por su particular belleza.