lunes, 3 de febrero de 2014

Por radio las noticias de la entidad


Estimados socios y amigos de la institución:
Escuche todas las noticias, novedades e informes de nuestra entidad por el programa de radio "La Hora de Polonia", desde el 16 de Febrero y TODOS LOS DOMINGOS DE 13 A 14 por Radio Gama AM 1490. Un interesante propuesta informativa y cultural sobre Polonia y nuestra colectividad. Conduce Alfredo Bilyk.

sábado, 1 de febrero de 2014

¿Quién fué Johannes Zukertort?


Johannes Zukertort fue un ajedrecista polaco. Era uno de los jugadores más fuertes de su tiempo y disputó con Wilhelm Steinitz el primer encuentro oficial por el Campeonato del Mundo de Ajedrez. Nace el 7 de septiembre de 1842, en Lublin, Polonia. Hijo de padre prusiano y madre polaca, la baronesa Krzyzanovska. De niño le consideraron un prodigio de las matemáticas, algo a lo que él aludiría con frecuencia. De educación refinada, fue a parar a Wrocław, en cuyo liceo tuvo como mentor al gran Anderssen, con quien tendría oportunidad de disputar millares de partidas.
Se hizo luego un experto esgrimista y diestro con la pistola. Se consideraba a sí mismo el mejor jugador de Europa en dominó. Hablaba ocho idiomas a la perfección, entre ellos el hebreo, el ruso, el español, inglés y francés. Era capaz de sostener las más retorcidas discusiones teológicas, sin ceder un palmo de terreno ante los más tenaces contrincantes. Estudió química en la Universidad de Heidelberg y se doctoró en medicina en la de Wrocław. Cuentan que era capaz de recordar todas las partidas de ajedrez que había disputado en su vida. Además era violinista. Fue crítico musical y trabajó en la redacción del periódico de Bismarck, ‘Allgemeine Zeitung’. Por si esto fuera poco, se hizo cargo de la dirección de la ‘Neue Berliner Schachzeitung’ y aún tuvo tiempo para tomar parte, como oficial médico, en la guerra franco-prusiana, en la que fue condecorado.
Hasta aquí la mitomanía. Sabemos que Zukertort se expresaba con facilidad en inglés y francés. De los demás idiomas, no hay signos. En los registros de la Universidad de Wrocław no consta que se doctorase un Zukertort, como no consta que hubiese estudiado en Heidelberg. Sus biógrafos no encuentran rastro alguno de que hubiese practicado otra actividad periodística que la estrictamente relacionada con el ajedrez. Por último, tampoco hay rastros de que fuese oficial del ejército prusiano, ni de que fuese condecorado y, por circunstancias temporales, ni siquiera parece que hubiese podido tomar parte en la guerra franco-prusiana. Algunos le acusan de inventarse su propia leyenda y que la mayoría de las cosas que se cuentan de él son mentira, esto hoy en día no se puede probar, ni lo uno ni lo otro.
Dotado de una prodigiosa memoria y de unos conocimientos enciclopédicos de teoría, Zukertort tenía, además, una enorme capacidad autocrítica y de análisis. En su estilo se amalgaman las teorías posicionales y su práctica, donde no fue inferior a nadie en su época.
Poco antes de finalizar el torneo de 1883, donde alcanzó una brillante victoria, se temió por su retirada por problemas de salud. Su médico le había recomendado que renunciase a la tensión de tantas horas de intensa concentración. A base de estimulantes pudo, sin embargo, finalizar el certamen. La victoria sobre Blackburne puede considerarse una obra maestra de todos los tiempos. Al finalizar esta partida, los espectadores, entusiasmados con esta maravilla, irrumpieron en un sonoro aplauso.
Su brillante y rotunda victoria en el prestigioso torneo de Londres de 1883 ante los mejores jugadores de la época, le hacen merecedor del auto título de campeón del mundo de ajedrez.
Después del torneo de 1883, su médico le advirtió: “No juegue usted más torneos importantes, porque le matarán.” “Lo sé – replicó Zukertort-, pero me mate o no el ajedrez, debo estar preparado para morir sin previo aviso. “
Después de la derrota en 1886 ante Steinitz por el campeonato del mundo de ajedrez, Zukertort se desmoralizó y su carrera ajedrecista prácticamente se acabó. De débil moral y frágil salud, una hemorragia cerebral acabó con su vida, en Londres, el 20 de junio de 1888 cuando disputaba una partida. Aún no había cumplido cuarenta y seis años.